Redacción. Madrid
Patronos, colaboradores, asociados, patrocinadores y patronos de libre designación del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), se han reunido de nuevo en Madrid en la segunda edición de los Encuentros IDIS, una iniciativa que, con carácter semestral, pretende erigirse en punto de encuentro y de intercambio de opiniones y experiencias de las casi 60 instituciones y empresas que actualmente forman parte del Instituto.
Manuel Díaz-Rubio, presidente de Academia de Medicina.
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“La sanidad pública y la sanidad privada deben convivir en base a la excelencia y generosidad con los pacientes, que son al fin y al cabo el objeto de nuestro trabajo”. Así de contundentes han sido las últimas palabras del profesor Manuel Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) durante su intervención en el II Encuentro IDIS, celebrado hace poco en Madrid.
En su conferencia, titulada “El Médico en la Medicina de hoy”, en la que ha abordado el cambio sufrido del siglo XIX al XX en la figura del médico, su vocación y relación con los pacientes, el presidente de la Academia señaló que tanto la sanidad pública como la privada deben ser eficientes y pensar siempre en el beneficio del paciente. “La sanidad no debe diferenciarse entre pública o privada, sino en buena o mala, y los médicos tenemos que tener eso en cuenta porque en algún momento de nuestra vida seremos pacientes”, ha añadido.
La importancia de la vocación
El punto de partida para todos los médicos es la vocación. Con ella se inicia un camino que tiene un largo recorrido. “La vocación es una voz interior que nos llama hacia una profesión y el ejercicio de una determinada actividad. En el siglo XXI esto choca con el concepto de vocación descrito en el siglo XIX y el XX, cuando era algo consustancial y el sacrificio y la dedicación no tenían nada que ver con lo que es ahora”, ha argumentado el presidente de la RANM.
La Medicina ha tenido una larga evolución histórica: se ha pasado de una Medicina tradicional y convencional a una Medicina especializada y sofisticada que necesita, por parte de todos los agentes, una gran competencia profesional. En palabras del profesor Díaz-Rubio, “esta transformación ha conllevado modificaciones en la forma de hacer nuestro trabajo, que vienen dados por los avances tecnológicos y científicos, las demandas de una población mejor informada, la optimización de recursos, los cambios epidemiológicos que han sido verdaderamente espectaculares, los aspectos éticos, los aspectos jurídicos, la política, los cambios demográficos, y la nueva Ley de Uso Racional del Medicamento. Todo esto ha cambiado nuestras habilidades y conductas de forma radical; no somos los mismos de hace 30 años, y la Medicina tampoco puede ser la misma”.
La relación médico-paciente también ha sido motivo de reflexión para el profesor Díaz- Rubio. “El saber del médico va más allá de los conocimientos aprendidos, está también en la condición humana. Ésta se da especialmente en tres momentos `grandiosos´ del ejercicio de la Medicina: encuentro con el paciente y diagnóstico, momento responsable en el que se toma un actitud terapéutica junto con el enfermo y seguimiento. Se trata de una entrega recíproca y mutua”, detallaba. “Todo este círculo está impregnado de emociones y sensaciones, todos estos momentos se dan en el acto médico y debemos protegerlos para que se sigan dando. En el momento que lo perdamos o pensemos que falla se va a romper esta relación”. |